Pbro. Juan Caballero y Osio

Exposición Permanente

    Generoso Benefactor Queretano

    Nacido en esta ciudad de Santiago de Querétaro, México, el 4 de mayo de 1644; murió el 11 de abril de 1707, aquí en su tierra natal. Fue un sacerdote notable por sus pródigos regalos a la Iglesia y por su caridad. Cuando aún era un laico fue alcalde de la ciudad.

    Después de tomar las santas órdenes ocupó varios cargos importantes. Dio sumas grandes de dinero a varias iglesias, y fundó y dotó al pueblo Queretano el templo y la universidad de los Jesuitas, agrandó el Templo de San Francisco, construyó la el Templo y convento de Santo Domingo de Guzmán, construyó la Capilla de Nuestra Señora de Loreto a la que le dio todas sus joyas familiares, fundó el convento de monjas capuchinas, y construyó un hospital o enfermería en el convento de San Francisco.

    Dio dotes a más de doscientas muchachas, y dejó sumas grandes de dinero para caridades diarias. En la ciudad de México reconstruyó el templo de Santa Clara y contribuyó generosamente a la construcción de los templos de San Felipe Neri y de Belén.

    En Guadalajara terminó la iglesia de Santo Domingo, y para las misiones de la recientemente descubierta California dio $150,000. Algunos años antes de su muerte legó su propiedad para propósitos caritativos.

    Entre sus cualidades destacaron su humildad y piedad. Se negó a aceptar dos obispados que le ofrecieron en momentos diferentes, y el título de Adelantado (gobernador) de California que el Rey de España le envió, después de su donación generosa para esas misiones.

    Todos los años solía hacer un retiro espiritual, atrayendo al mismo tiempo su última voluntad, y siendo el ejecutor de sus legados píos hasta que los renovaba el año siguiente.

    Dios omnipotente parecía bendecir su caridad, y las sumas que dejó para propósitos de caridad fueron maravillosamente conservadas y aumentadas por un siglo y medio, hasta la expoliación general de la Iglesia de México.

    Sin olvidar una de sus más grandes obras en Querétaro, que sin duda alguna agradecemos, el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe y la Congregación de Clérigos, segunda templo dedicado a la Virgen de Guadalupe después de la Basílica del Tepeyac.